sábado, 5 de febrero de 2011

Agua para la amazonia ecuatoriana

      Como venimos anunciando, el día de Manos Unidas está ya cerca y en Sant Joan continuamos con los preparativos para los distintos actos de la campaña. Es necesario, por tanto, anunciar que ya hemos decidido el proyecto que cofinanciaremos este año. Nuestra aportación económica es siempre pequeña si tenemos en cuenta los gastos a los que asciende cada uno de los proyectos que Manos Unidas aprueba. Por eso, nos resulta imposible financiar uno de ellos por completo. Con todo, lo poco que aportamos es mucho para nosotros. Todos los años nos asombramos de lo que unos cuantos conseguimos en tan sólo unos días. En este sentido, queremos ir más allá de la mera cuestión económica. Nos alegra ver cómo seguimos contando con la ayuda de los colaboradores habituales (a los que se les unen nuevos), cómo los distintos grupos de nuestra parroquia nos siguen apoyando, y cómo año tras año la gente sigue acudiendo a los distintos actos que realizamos, a pesar de las habituales inclemencias del tiempo.

   Nuestra labor, lejos de limitarse a la recaudación de fondos –tal vez la forma más sencilla e inmediata de tratar de mejorar las condiciones de vida de quienes habitan buena parte de nuestro planeta- se encamina también a despertar la conciencia de los ciudadanos del Primer Mundo, requisito indispensable para lograr un auténtico cambio. Por eso, creemos necesario dar a conocer nuestra forma de trabajar, en este caso, en lo que respecta al proyecto que hemos escogido.

   Los fondos que se recauden en nuestra parroquia durante esta campaña irán destinados a la cofinanciación de un sistema de captación de agua potable en la región amazónica ecuatoriana, en concreto en la Amazonia Norte (Orellana y Sucumbíos). Ésta no es sólo una de las zonas más pobres del país, sino también una de las más afectadas por la explotación petrolera. En ella, solamente la compañía Texaco ha contaminado dos millones de hectáreas durante los veintiséis años que lleva operando. En la actualidad, existe una alarmante contaminación que pone en riesgo la salud y la vida de las personas, así como la biodiversidad. Las principales fuentes de ella son el petróleo crudo, el lodo de formación y el agua de producción (con algunos de los más peligrosos componentes cancerígenos conocidos) que se arroja directamente al suelo. Las poblaciones cercanas a estas explotaciones –en total, unas 30.000 personas- están expuestas a beber agua tóxica y a consumir alimentos contaminados, con las consecuentes enfermedades y muertes que ello provoca (cáncer, abortos, enfermedades respiratorias, malformaciones…).

                 
                      
   Ante esta situación, en junio de 1998 un grupo de comunidades y organizaciones indígenas y campesinas de estas provincias decidieron conformar el Frente de Defensa de la Amazonia (FDA), como medio para enfrentar y disminuir los conflictos socio-ambientales en una de las áreas más vulnerables del país, donde el 26% de los niños menores de cinco años presenta desnutrición crónica, el 22% de la población es analfabeta funcional y el 62% no tiene trabajo estable, problemas que se agravan si tenemos en cuenta que se trata de una zona fronteriza a donde acude de forma continua una gran cantidad de refugiados procedentes de Colombia.

   El FDA con apoyo del Vicariato Apostólico de Sucumbíos solicitó ayuda a Manos Unidas para llevar a cabo la construcción de un sistema de captación de agua de lluvia, aprovechando que la región amazónica es una de las de mayor pluviosidad del país. El sistema se construye en cada parcela, junto a la vivienda de cada uno de los beneficiarios (en total 336 personas de manera directa y más de 900 de forma indirecta). Manos Unidas sufragará los costes de los materiales y equipos para los sistemas de agua, personal técnico y parte de los gastos de administración y capacitación. Las comunidades y el FDA aportarán los materiales locales, mano de obra y parte de los gastos de capacitación y funcionamiento. El importe total asciende a 58.197,61 euros.

   Con este proyecto se beneficiará a varias comunidades de la Federación de Organizaciones Campesinas de Orellana y de la Federación de Organizaciones Campesinas de Aguas Negras. Con él, se pretende también fortalecer a las organizaciones locales como medio para la defensa de los Derechos Humanos y ambientales en esta zona.

Más información acerca del FDA en:

 
  


  

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